CASA M
Categoría: Interiorismo.
Locación: Maitencillo, Valparaíso, Chile.
Cliente: Particular.
Año: 2022.
Equipo: Claudia Oliva.
Fotografía: Sofía Mackenney.
Locación: Maitencillo, Valparaíso, Chile.
Cliente: Particular.
Año: 2022.
Equipo: Claudia Oliva.
Fotografía: Sofía Mackenney.
El interiorismo de la Casa M, ubicada en un destacado balneario de la región de Valparaíso, Chile, se funda como un proyecto colaborativo con la diseñadora Claudia Oliva. Concebido como una segunda residencia para una familia de cinco miembros, el reto radica en fusionar un espacio de 400 m² distribuido en tres niveles, que alberga seis dormitorios, tres áreas de estar y comedor.
El hilo conductor que une esta propuesta reside en la paleta de colores y las texturas de los materiales seleccionados, con énfasis en la calidez de la madera y los tejidos naturales en tonos neutros. Esta guía estética confiere cohesión a cada rincón de la vivienda.
Un desafío esencial se manifestó en la necesidad de dotar de calidez al corazón de la casa: el comedor, ubicado en una doble altura de 7 metros. Para ello, se eligió una lámpara de gran formato que se posa sobre el comedor como un abrazo, otorgando una nueva escala humana a una atmósfera familiar y playera. Esta elección se complementa con muebles de madera en tonos claros y textiles lisos, que amplifican la sensación de calidez y confort.
La Casa M se funda como un testimonio del equilibrio entre la funcionalidad y la estética, donde la paleta de colores y la selección de materiales trascienden las divisiones espaciales, creando una narrativa unificada en tres niveles de vida.
El hilo conductor que une esta propuesta reside en la paleta de colores y las texturas de los materiales seleccionados, con énfasis en la calidez de la madera y los tejidos naturales en tonos neutros. Esta guía estética confiere cohesión a cada rincón de la vivienda.
Un desafío esencial se manifestó en la necesidad de dotar de calidez al corazón de la casa: el comedor, ubicado en una doble altura de 7 metros. Para ello, se eligió una lámpara de gran formato que se posa sobre el comedor como un abrazo, otorgando una nueva escala humana a una atmósfera familiar y playera. Esta elección se complementa con muebles de madera en tonos claros y textiles lisos, que amplifican la sensación de calidez y confort.
La Casa M se funda como un testimonio del equilibrio entre la funcionalidad y la estética, donde la paleta de colores y la selección de materiales trascienden las divisiones espaciales, creando una narrativa unificada en tres niveles de vida.